Lo hicimos como una plática y todo fluyó en una conversación tan amena, que a la hora de las fotos una niña se me quedó viendo y solo me dijo “me caes bien”. Los chicos me saludaban con entusiasmo.
Presentar mi libro en la tierra que me vio nacer, crecer y hacerme escritora, fue fantástico. Me la pasé genial con mi máscara por toda la Feria del Libro, saludando a extraños y reencontrándome con conocidos y amigos, perdiéndome entre las calles hermosillenses (literal, me perdí), promocionando el libro, tomando un taller de cómo hacer flores de cempasúchil, buscando baño… etcétera.
Si quieren leer Le pedí tiempo a la Muerte lo pueden conseguir en Milibromx