Mi libro estuvo en el stand #40 de la Editorial Alebrijez en la FIL de la Ciudad de México . Lo presenté, lo firmé, platiqué con lectores, conocí a otros autores (geniales todos) , vi a viejos amigos, hice nuevos.
Y entonces, Le pedí tiempo a La Muerte llegó a manos y libreros de muchos más lectores . Unos entusiasmados, otros más serios y escépticos, pero todos con la ilusión de llevarse una lectura que los enganche en sus tardes con cafecito (que no es obligatorio que sea cafecito, también puede ser chocolate, frappuchino, chela, té, vino, vodka, tequila, whisky, mezcal… )